
Cierto jugador, al golpear una pelota de golf se quejaba de su «swing». Según él, no ejecutar adecuadamente ese golpe era lo que le llevaba a pobres resultados.
El jugador, preocupado por su golpe, hizo a Tim la siguiente pregunta:
– ¿Cómo puedo corregir un error como éste?
Tim le respondió:
– No puedes. El swing que querías corregir ya ha ocurrido. No hay nada que puedes hacer para cambiarlo.
El ejemplo subraya una mentalidad reactiva. El jugador hace el swing como reacción a golpes anteriores: buenos y malos. Asume que su swing saldrá mal a menos que intervenga y asuma que pueda analizar lo que está mal y corregirlo.
En vez de ello, podría dar cada golpe como si fuese un golpe enteramente nuevo.